Fotos: Anabella Sor
El ANTEPROYECTO
¿Cuándo te encargaron este trabajo? ¿Qué es lo que más te llamo la atención cuando lo viste por primera vez? ¿Podes contarnos qué había originalmente y qué espacios nuevos iban a surgir en la obra nueva?
A fines de 2022 comenzamos a hablar con el cliente de una posible compra de un ph. Me hizo algunas consultas sobre ciertas propiedades que vio y distintas inquietudes que le iban surgiendo respecto a los típicos problemas de esta clase de construcción. Un día, a mediados de 2023, me escribió con la noticia que ya había adquirido una propiedad que al instante me pareció una muy buena elección.
Se trataba de un ph al frente de dimensiones generosas, con tres habitaciones grandes en la planta baja, una cocina pequeña al frente con ventilación propia, un patio con el característico techo móvil de aquellas épocas y una gran terraza accesible que ocupaba toda la superficie cubierta de la planta baja como remate final de la casa: enorme, totalmente aprovechada.
Este último espacio tenía un carácter muy identitario, lograba generar un microclima entre el rojo del piso, las plantas, el árbol de la vereda, las bajas alturas de los linderos, que invitaba a pensar la futura intervención de modo tal que no se perdiera ese efecto envolvente y acogedor.
Lo cierto es que toda la estructura del quincho estaba vencida con peligro de derrumbe por lo cual había que rehacer esa cubierta con el desafío de que no perdiera el encanto.
En la planta baja, el mayor potencial eran las dimensiones y la posibilidad de ventilar al frente. Pero el espacio estaba muy fragmentado, los cielorrasos bajos compactaban los ambientes y se veían algunas decisiones controversiales de reformas anteriores como por ejemplo materiales de baja calidad sobre pisos de pinotea o mármoles en perfectas condiciones. Los tonos, texturas y revestimientos entre amarillos y marrones oscurecían y aplacaban los ambientes que ya contaban con poca llegada de luz
De allí surgieron varias premisas: unificar y ampliar los ambientes; el patio como corazón primordial de la casa; resolver el cerramiento de este último junto al del quincho en un solo gesto.
Esta obra tiene grandes desafíos de diseño y técnicos.
¿Como conviven el rol creativo y el de dirección de obra en vos? ¿Qué es lo que más te gusta de cada etapa? ¿Qué es lo más difícil en cada una de ellas?
El momento creativo tiene en mí una etapa de estacionado de las ideas. Algo así como dejar macerar las inquietudes y deseos del cliente, el espacio existente, las problemáticas tal vez no enumeradas o evidenciadas aun desde quien encarga el trabajo, pero claras desde el lado profesional, y cualquier cuestión específica del proyecto. Todas estas variables reunidas comienzan a confrontar y debatirse entre sí hasta que en un momento surge la idea superadora.
Allí comienza la transición de esa idea, del proyecto, a algo construible, costeable y aprobado por el cliente.
Me pasa mucho que cuando estoy diseñando voy pensando a la par que dibujo quién va a ser el encargado de ejecutar el trabajo, y en función de eso le sumo o bajo dificultad al elemento a construir. Cuando son cosas muy complejas, poco estandarizadas, es imprescindible la mano de obra calificada para interpretar y resolver de manera correcta. Hay un ida y vuelta constante, mental, entre la comprobación del buen resultado de un diseño, desde la idea, pasando por la ejecución del oficio específico, la eficacia del material elegido, la complejidad de elaboración y finalmente la verificación en el uso. Si funcionó o no como imaginábamos. De la parte creativa me gusta todo. Trasformar en forma una problemática, un deseo, el imaginario del cliente sobre su vida social y privada, cómo piensa y planea desarrollarla en el presente y a futuro, y que la casa pueda acompañar. Disfruto mucho de esa interpretación de cada quien, identificar qué le gusta a esta persona; qué no está pudiendo decir, qué problemática tiene en la casa, si vive más de un individuo; cuál es la dinámica de convivencia, qué espacios faltan, qué conflictos subyacen como resultado de la organización del espacio. De alguna forma intentar dilucidar de qué manera cada quién es feliz, para lograr dar una respuesta específica y apropiada. Me interesa mucho que finalmente el diseño, aparte de venir a resolver, diga algo de aquella persona.
La parte de la ejecución y dirección de obra es menos idílica, ahí aparecen los problemas, todo se vuelve vertiginoso. Pienso que lo que tiene de lindo es justamente eso, encontrar de forma creativa una solución a cada problema, diseñar una pieza que resuelve tal cosa, armar un rompecabezas con los tiempos, rubros, y sucesión de tareas encadenadas. Pero lo más disfrutable del dirigir y hacer, es la concreción de lo primero, de esa idea inicial que surgió reuniendo una serie de inquietudes. El traspaso de lo etéreo, a lo concreto, a lo formal, al uso. A veces también me alegra la sorpresa de aquel espacio acertado que aparece, aquella sensación no intencional, aquel reflejo de luz inesperado, que no fue un trazo voluntario, sino la resultante, afortunada, de todo el resto de decisiones
DISEÑANDO UN MATERIAL
¿Cuál fue la temática del proyecto?
La primera intención era hacer llegar la luz a todo rincón posible
Dar aire, amplitud, potenciar y conservar lo valioso de lo ya existente en la casa. Apuntalarse sobre eso y partir de ahí: en el diseño, la forma, los colores, los materiales, revalorizar de algún modo todo aquello que estuviera bien en la vivienda existente. Explotar al máximo los lugares de luz, de uso recreativo, social y lúdico; como la terraza y el patio
De ahí más premisas: que en esos actos no se perdiera la ventilación; que la casa pudiera desplegarse, abrirse y cerrarse toda generando ventilaciones cruzadas; que no se viera afectada la privacidad cuando esto sucediera; que se abriera por completo sin perder seguridad. Y por último, que pudiera suceder todo al mismo tiempo: ventilar, dar luz, dar intimidad, y protección.
Así surgieron las decisiones de la envolvente del patio, la textura de los vidrios, la altura de las ventanas y las divisiones de la misma.
¿Cuál fue tu premisa para elegir un piso con diseño y como fue el proceso de elección de colores?
En línea con el respeto hacia lo construido, sabíamos que la terraza era un punto muy potente ya explotado y queríamos que el patio cumpliera una función similar en la planta baja. Tenía que dar calidez, representar al cliente, convivir con la luz, con la madera, las celosías y el nuevo cerramiento en hierro. El calcáreo nos ofrecía ese buen vínculo entre antiguo y vanguardista gracias a la forma y las tonalidades.
Los colores resultaban fundamentales, los necesitábamos y nos ayudaban a coser la terraza roja, intensa, cálida; con el ambiente que queríamos generar abajo. También quisimos aprovechar esa capacidad que tiene el color de dar alegría y calma.
No fue sencilla la elección, el módulo seleccionado nos obligaba a decidir 4 tonos combinables entre sí, que se repetirían en un cuadrado de 1mx1m, replicado en una superficie bastante grande, visible todo el tiempo, desde toda la casa. Debía tener un punto de apoyo y conexión con el rojo de la terraza, ya que desde arriba se vislumbran ambos solados a la vez. Y finalmente, debía ser el disparador del color general de toda la herrería, celosías, mueble y revestimiento de cocina.
DISEÑANDO PARA LA LUZ
Disfrute muchísimo ver el proceso de tu obra en redes, en cómo se iba materializando cada espacio y una de las cosas que más me gustó fue leer como te interesaba el hecho que las diferentes texturas refractaran de manera muy distinta la luz. ¿Nos podés contar un poco más de como decidiste realzar la belleza del espacio través de la luz?
La luz fue desde el comienzo el elemento que queríamos que inunde la casa, había que alcanzarla, potenciarla y hacerla llegar. La forma de lograr eso suele ser a través del vidrio, con las complejidades que trae este material. Había caras del patio que queríamos que fueran permeables y visibles y otras que ingresara la luz pero no las vistas, ni hacia adentro ni hacia afuera.
La luz que baila
Los vidrios texturados aparte de resolver la privacidad, aportan algo de misterio.
No terminas de saber lo que ocurre detrás, dejan pasar la luz, algo se trasluce pero no está del todo claro. La idea era potenciar este efecto y convertir todo el plano lateral, sumamente grande e imponente, en algo rítmico, lindo de apreciar, armonioso, que actuara como telón de fondo, luminoso en ese caso, de lo que sucediera en el patio. A su vez, la textura brinda un efecto de límite, ahí termina la casa. Está claro. Y la vista, naturalmente, sigue su curso hacia los planos contiguos que sí dejan ver, los que dan a la terraza con sus plantas y al cielo.
¿Cuál es tu detalle favorito de la casa?
El patio es la estrella de la casa, sin dudas, es ese patio ahí, en ese lugar, para esos clientes, enmarcado en esa estructura, con esos vidrios, esos colores y esa luz. Hay una sensación específica cuando ingresas a la casa, bajo el plano superior de los cielorrasos de tonos claros, y el plano inferior de pintotea de color oscuro, que funciona como un artefacto focal, te dirige la mirada más allá, específicamente al patio, a ese punto de colores donde aparece la luz. Hay un efecto de atracción, te dan ganas de acercarte para entender de dónde viene.
El otro elemento que me gusta mucho es la cubierta inclinada, a dos aguas asimétricas, que también cuesta dilucidar. Pareciera ser simplemente el techo de vidrio del patio, pero toma otra forma y sentido al subir a la terraza.
Se va desmaterializando y llenando a medida q cambian las necesidades de uso, según se necesite más sombra y quietud.
¿Qué significo esta obra para vos?
Darme el gusto de diseñar cada espacio y elemento, sortear las muchas vicisitudes que surgieron en el transcurso de la obra. Contar con un cliente abierto a recibir todo tipo de propuestas y permitirme llevarlas a cabo, con las modificaciones necesarias para cumplir con sus necesidades y deseos.
Y reforzar un poco esa idea de que si algo no existe lo inventamos. Desde la propuesta primera de intervención hubo un acuerdo de arriesgar y salirnos de lo convencional, ponerle colores, en armonía con lo que conservaríamos de la casa original, tirar paredes, generar menor cantidad de ambientes divididos para dar lugar a grandes espacios comunes.
Siempre es una gran oportunidad esa disposición a animarse, junto con el permiso para jugar de esta forma. Y siempre el resultado nos gratifica a todos.